Es una tarde cualquiera, y después de un duro trabajo de
parto (o una cómoda cirugía) llegamos al mundo, nos ponen los pañales
rápidamente y ya estamos yendo al colegio, aprendiendo a no distraernos y a que
hay personas inteligentes y personas no inteligentes, después de cursar
industrialmente unos 11 años de colegio, saltamos a la universidad, donde se
nos extrae una gran cantidad de energía y dinero para prepararnos y
convertirnos en un engranaje que encaje bien en los motores del sistema
económico, unos 5 años más. Nos felicitan por nuestro gran logro, y en
retribución nos encierran en una oficina donde no nos pagan buen dinero, apenas
suficiente para gastarlo en el poco tiempo libre que nos queda, con la
esperanza de ascender y ganar un poco más, después de unos 15 años ganamos un
poco mejor, y tenemos el placebo ocasional de unas vacaciones de dos semanas,
ascendemos un poco más y la sociedad de consumo drena de nuestras vidas todo lo
que puede creándonos necesidades falsas, vendando nuestros ojos y
esclavizándonos en el trabajo, con un poco más de esfuerzo logramos conformar
una familia de padres ausentes, les enseñamos a nuestros hijos que cuando
grandes deben ser un buen engranaje como sus padres y finalmente cuando llega
nuestra gloriosa edad de retirarnos, nos volvemos un estorbo para el mundo que
busca ponernos en un lugar donde no incomodemos mucho y podamos morir rápido
para no gastar el oxígeno de los otros engranajes.
Para el post de hoy me gustaría que reflexionáramos un poco
sobre cómo funcionan las vidas de las personas ¿Cómo llegamos a estar como
estamos? En un libro que leí hace poco, “El gen egoísta” encontré algo de
sentido para construir una respuesta. Las vidas de las personas se comportan un
poco como los genes de un organismo más grande, que sería la sociedad. Como en
la naturaleza, este organismo grande evoluciona desechando sus genes menos
productivos en un proceso indirecto de selección, hasta llegar a genes muy
especializados que trabajan muchísimo en conjunto y esos mejores genes, como lo
plantea el autor, lo son porque son más fáciles de replicar.
El estilo de vida laboral de la actualidad es fácil de
replicar, estamos constantemente siendo programados por sistemas de
comunicación y educación altamente especializados y perfeccionados en varias
generaciones para convertirnos en lo que somos, eslabones de una cadena
interminable. Entendiendo esto ya es menos sorpresivo notar que en los medios
de comunicación, en nuestra educación y en nuestras casas no nos enseñen el
valor de nuestra libertad personal, de pensar por nosotros mismos e
independizarnos y buscar hacer con nuestras vidas algo original, esto
sencillamente no está en el disco duro de nuestros medios , no es conveniente.
Esta me parece una realidad dura, y siempre he querido (en
mi vida y la de los demás) hacer algo para sentir que estoy manejando mi propia
vida, en vez de estar en el asiento del pasajero. Me parece doloroso que la
gente le entregue al mundo toda su energía, su salud y su tiempo, para que el
mundo le devuelva apenas la satisfacción de unas necesidades ficticias que uno
no tenía cuando nació. Nos damos cuenta tal vez 50 años muy tarde, que habría
sido bueno tener tiempo en la vida, tener independencia
financiera.
El primer paso para hacer negocios exitosamente es tener
clara una visión de qué es lo que queremos que sean nuestras vidas. La empresa
que formemos hoy , tal vez no exista en 2 años (el 80% de las empresas en
Colombia son liquidadas antes de 2 años) pero lo que si puede perdurar es el
deseo de tener una vida original , sobre la cual tengamos el control. ¿Crees
que tienes el control de tu propia vida?
Comencemos a hacer dinero!
Hasta la próxima!
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